Algunas cosas urgentes

Una nena de 12 años fue violada,

una nena de 12 años sufrió un embarazo,

una nena de 12 años fue separada de su mamá y puesta bajo la tutela de su abuela, porque su mamá había solicitado autorización para practicarle un aborto.

Un juez dijo NO.

Consecuentemente, una nena de 12 años va a sufrir 40 semanas de embarazo, producto de una violación.

Una nena de 12 años va a parir, ser mamá, a una edad en la que sólo debería ser hija.

 

El Estado le ha fallado a esta nena – ciudadana – en más de una forma.

Falló cuando no la defendió, ni previno la violación por su padrastro. 

Falló cuando le prohibió abortar.

 

El juez de Mendoza que dictaminó en contra del aborto lo hizo argumentando que la “joven” no es idiota ni insana (de acuerdo con lo que permitiría el art. 96 del código penal). El lenguaje no es inocente. El juez habla de la “joven” porque hace sentir que es mayor. Lo cierto es que no se trata de una joven, sino de una NENA, una chiquita de 12 años, que va a sufrir un embarazo y un parto, y lo va a hacer sin la tutela de su mamá, que hasta ahora, fue la única que intentó defenderla y prevenir, de alguna manera, ese sufrimiento. Si la nena por ahora no es insana, después de esto, seguramente lo será.

 

Es hora de defender lo que es, esta nena que sufre - todas las nenas y mujeres que sufren embarazos no deseados, en lugar de defender un hipotético potencial. No se trata de elegir entre dos vidas presentes, sino una que es y sufre, frente a la posibilidad inconcreta de otra.

Es hora de legislar para todos, en lugar de hacerlo exclusivamente para ciertos grupos que nos revolean sus rosarios como si se tratase de boleadoras.

 Es hora de reconocer el derecho de cada uno de llevar adelante su vida como mejor le parezca, y su vida sexual libre de la carga de embarazos no planificados ni deseados.

Como dice la comunidad por los derechos reproductivos: anticonceptivos para no abortar, aborto legal – libre y gratuito – para no morir.